13 y un arte marcial

 13 y un arte marcial 



Ya lo había contemplado hace un tiempo
atrás
, la idea llegaba y desaparecía sin prestarle o dedicarle demasiada atención. La verdad es que
sentía
un poco de miedo, en entrar a una sola clase, ser el nuevo una vez más y en pensar en recibir toda cantidad de golpes que imaginaba que iban a doler.
No recuerdo como, pero ya estaba dentro de la academia. Me prestaron guantes, espinilleras, manoplas y empezó una clase que jamas en mi vida
había
visto
una igual
. También, una corta vida de 13 años, creo que era fácil de sorprender. Pero si tenia demasiado de algo diferente, todo era un esfuerzo físico y si por algún momento te surgía la idea de abandonar o no completar los
drills
, detrás de ti tenias una clase entera alentándote, haciéndote

saber que solo es un camino y esa es la primera parte.
Cada alumno mostraba en sus cintas la experiencia, era un reflejo de todas las clases, enseñanzas y hasta sparrings que tuvieron que pasar para obtenerla.
Sin embargo no fue eso lo que hizo que despertaran las ganas de permanecer ahí, honestamente era muy pronto para tomar esa decisión solo por las primeras impresiones.
Fueron 3 clases la única preparación para poder estar frente a frente con un cinta amarilla y no era competencia, era una simple clase de viernes donde de un sparring no te salvabas.
La verdad es que me invadía un poco de miedo pero después de sentir los primeros golpes, no pensé en otra cosa más que en regresar lo que estaba recibiendo, fue eso y unas ganas que salieron de no recuerdo donde, las que me hicieron quedarme en ese camino.

Se convirtió en una rutina, las clases eran diarias y yo ansiaba cada día para salir de la escuela, llegar a mi casa, comer y esperar que diera la hora para entrar al tatami. Ni la escuela me generaba una emoción así, a decir verdad, la escuela nunca me genero una emoción así, pero estas clases eran totalmente diferentes.
Los uniformes, el equipo de
boxing
, los costales, el área de tatami, la jaula, los compañeros, las clases. Era como la escuela que siempre había querido y sin tarea.
Recuerdo con el tiempo haber podido convertir este pasatiempo en una disciplina, en algo que me mantuviera cuando ya no existieran ganas, tal vez por motivación o algún factor mental interviniendo o solo por simple repetición se había generado como un habito.

La verdad es que no he podido encontrar mejor refugio para que ahí, donde siento que puedo
aprovechar al máximo algunas capacidades




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