Amistad.

La vida para muchos es una obra de teatro, en la que cada quien interpreta papeles elegidos por el destino, o dios, o quién sabe qué, para mí, es una melodía, sus tonos bajan y suben según la nostalgia y la felicidad, fieles acompañantes de cada uno. Hoy, como otros días, me sentí, bueno… feliz, la amistad es un regalo sincero, proveniente de la vida misma, nos permite crecer y fortalecernos, ponernos aprueba y sentirnos acompañados, en mi caso, creo la amistad es la orquesta del fondo endulzando cada minuto.

No recuerdo que hicimos a todo detalle, reímos y comimos, aunque en la foto se encuentre un poco de seriedad, creo que eso es parte del propio sentido del humor que vivimos con nuestros chistes y anécdotas. ¿Sabían que no podemos confiar con toda certeza en nuestros recuerdos? Muchos de los huecos de nuestra memoria son rellenados por nuestro cerebro, ningún recuerdo sucedió al 100% como lo recordamos, a veces eso me pone triste, porque días como estos, quisiera poder recordarlos a cada pequeño suceso.  

Si buscamos amistad en Google nos encontraremos con una cantidad de imágenes bárbara, que en realidad no todas representan lo que sentimos, excepto esta, al menos para mí. La amistad es una virtud, que buscas que te acompañe cada día hasta el fin de estos, y si la vida es una melodía que suena en tonos bajos y fuertes, acompañado de una gran orquesta, nosotros, los cantantes, debemos sentirnos capaces de resonar en el universo hasta que nuestra última nota suene. 

Y por otro lado es curioso porque me gusta la música, pero no soy un experto o algo así, sencillamente creo que sólo nuestras canciones favoritas tienen el poder de hacernos experimentar tanta variedad de emociones, que es inevitable pensar que nuestra vida es esto. Una canción que a veces nos gusta y otras no, ese día mi melodía sonaba exquisita, la orquesta hizo su mejor trabajo, las risas no faltaron, la comida estaba como nunca, y la melodía que soy y que éramos, resonaba como eco en la sonrisa de cada quien.